Desde la prehistoria, el relieve y la accidentalidad del terreno han marcado siempre las relaciones entre los diferentes pueblos y culturas.
Conflicto tras conflicto, las secuelas económicas y sociales, las hambrunas impactan en los pueblos que viven entorno una frontera.
Exilio, éxodo, contrabando…son las consecuencias que quedan grabadas en las memorias e ilustran el pasado histórico de las gentes de Bidasoa-Txingudi…
Hondarribia, Irun y Hendaya, las tres localidades de Bidasoa-Txingudi han protagonizado historias diferentes, en ocasiones incluso historias antagónicas y de rivalidad. Pero hoy en día es precisamente aquello que antaño les separaba lo que hoy les une, las caudalosas aguas del río Bidasoa.
Si remontamos la historia, Hondarribia fue la villa, Irun el barrio y Hendaya una amplia extensión de terreno ocupada por dos o tres caseríos.
Hoy por hoy, las cosas han cambiado y cada municipio refleja su propia forma de vivir, conservando un equilibrio entre desarrollo moderno y valorización de su patrimonio natural.
Hoy, carreteras, puentes, vías de ferrocarril e incluso barcos de recreo unen estos tres municipios de la desembocadura del Bidasoa.
No siempre fue así. No hay que remontarse muchos años atrás para comprobar que el transporte de gentes y mercancías no siempre fue tan fluido. Pero la voluntad de formar un conjunto hoy se ilustra perfectamente con la oficialización de su unión bajo forma del Consorcio Transfronterizo Bidasoa-Txingudi.