Hondarribia, como villa medieval fundada en el año 1203, debió de contar con una cerca que rodeara el recinto urbano.
Antecedentes históricos de Hondarribia
Los yacimientos prehistóricos encontrados en el monte Jaizkibel y sus alrededores permiten asegurar que Hondarribia estaba poblada hace más de 5.000 años. La primera fundación fue romana. Así lo atestiguan los restos hallados en la ciudad y la existencia del puerto o fondeadero romano de Asturiaga, bajo el faro, en el paraje de Erdikopunta. Se atribuyen las primeras fortificaciones al rey godo Wamba (S.VII). En el año 1203, Alfonso VIII de Castilla otorgó la “Carta Puebla” fundacional y el título de “Villa” a Hondarribia. Desde entonces, la ciudad disfruta de notables privilegios concedidos por las monarquías castellanas. Aunque no hay constancia escrita, la lingüística nos permite afirmar que el nombre original de la ciudad fue HONDARRIBIA (significa vado de arena). Por su condición de puerto de mar fronterizo se procuró la fortificación de Hondarribia y sucesivos reyes concedieron privilegios a fin de estimular a sus habitantes en la defensa ante piratas e invasiones francesas. Sin embargo, también le acarreó un destacado protagonismo en las guerras contra Francia, la primera de la que se tiene noticia en 1280, resultando unas veces victoriosa y otras derrotada y saqueada, como en el sitio de 1894.
Su victoria más relevante la obtuvo en 1638, al final de la Guerra de los Treinta Años. Esta victoria, que se conmemora todos los años el día 8 de septiembre, fue atribuida a la Virgen de Guadalupe, patrona de Hondarribia.
Hondarribia es un lugar para disfrutar de sus múltiples propuestas. Como ciudad turística, como lugar de trabajo para las reuniones de empresa, con un pasado cargado de historia de las que son fieles testigos sus murallas, como una de las ciudades más bellas del litoral cantábrico, como ciudad moderna, cuidada, amable y acogedora. Disfrutar de la ciudad, de la montaña, de la playa, de caminar, de saborear su exquisita gastronomía en restaurantes y bares, de descansar en sus hoteles con encanto, de observar el mar y los hombres del mar, de los del campo, de pasear: disfrutar de la vida. Hondarribia le ofrece una amplia gama de posibilidades para sus vacaciones, un fin de semana e incluso sus reuniones de empresa. Conozca someramente su historia, desde los primeros datos históricos hasta la actualidad. Sus tradiciones, su pasado como plaza fuerte, sus recursos turísticos, la gastronomía, su sector pesquero y agrícola...
Ciudad amurallada
PDF de la ciudad amurallada de Hondarribia.
Lugares de interés
- La Muralla
- Calle Mayor
- Pampinot
- Juan de la Borda
- Plaza del Obispo
- Plaza de Gipuzkoa
- Puerta de Santa María
La Muralla
Hondarribia, como villa medieval fundada en el año 1203, debió de contar con una cerca que rodeara el recinto urbano. El trazado de dicha cerca sufría diversas ampliaciones como consecuencia del desarrollo propio del entramado urbano. Actualmente se conservan estructuras constructivas realizadas en mampostería de caliza de lo que pudo ser el trazado de dicha cerca, de origen medieval. Prueba de ello son los restos visibles en el exterior de la iglesia parroquial.
Fue a finales del siglo XV y principios del siglo XVI cuando se acometieron las grandes obras de la fortificación abaluartada. Prueba de ello son los cubos, baluartes, fosos y puentes levadizos que se levantaron protegiendo a la población que habitaba el promontorio. El acceso al espacio intramuros se realizaba a través de dos puertas, la de Santa María y la de San Nicolás precedidas de sendos puentes levadizos.
El Cubo de Santa María, el Baluarte de la Reina, el Baluarte de San Nicolás, el Baluarte de Santiago son estructuras que han perdurado hasta nuestros días, no así el Baluarte o Bastión de la Magdalena cuyos restos deben localizarse bajo el entramado urbano actual. A partir del siglo XVII el recinto fortificado se amplia con la construcción de los revellines, el de San Nicolás y el de Guevara así como la contraescarpa.
Calle Mayor
Es la calle principal de la Ciudad y la que cuenta con las edificaciones más singulares. Destacamos la Casa consistorial, el Palacio Casadevante, claro exponente del estilo barroco (número 5) y la CASA ZULOAGA (número 8) casa solar del conde de la Torre-alta, hoy propiedad municipal. En este edificio están ubicados el Archivo Histórico de la ciudad, uno de los mejores de Euskadi y la Biblioteca Municipal. En el número 4 otro edificio, la Casa de LADRON DE GUEVARA sobresale por su fachada de ladrillo vitrificado.
Calle Pampinot
Todas las casas de esta calle (S.XVI) son muy interesantes. Especial mención merece la casa o palacio de Ramerí (número 16), cuya fachada adornada con abundancia de dibujos, molduras y recuadros florones, es de gran vistosidad. Es la sede del Instituto Francisco de Ibero y en el futuro albergará otras instituciones culturales.
Juan de la Borda
En esta calle, destaca la casa solariega de Eguiluz, llamada también de Juana la Loca. Parece ser que Dña. Juana, hija de los Reyes Católicos, y su esposo el archiduque Felipe el Hermoso se hospedaron en esta casa en 1502 cuando se dirigían a Toledo para ser proclamados príncipes herederos.
Plaza del Obispo
Se trata de una de las calles más antiguas de Hondarribia. De hecho, se conoce con el nombre actual desde el S.XVI. En uno de sus extremos sobresale la Casa Torre Urbana de Palencia, llamada también Echevestenea. En esta casa nació Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, quien llegó a ser Arzobispo de Sevilla, capellán de Carlos V y protector de Santa Teresa La ciudad de Hondarribia erigió una estatua a su ilustre hijo frente a su casa natal, en la plaza que lleva su nombre.
Plaza de Gipuzkoa
Por el paso existente frente a la casa Eguiluz llegaremos a la Plaza de Gipuzkoa. Aunque de reciente construcción, su encanto hace de este lugar un marco ideal para la celebración de conciertos y espectáculos.